En España se diagnostican cada año entre 24.000 y 25.000 nuevos casos de cáncer de pulmón, lo que representa el 12% de todos los cánceres diagnosticados. Este tipo de cáncer es responsable el 20% de las muertes asociadas a esta patología en nuestro país. A estas cifras hay que añadir una no menos importante, el 80% de los oncólogos lo identifica como el tipo de tumor más afectado por las restricciones en el acceso a innovación.
Para concienciar sobre la importancia de esta enfermedad, la Asociación Española de Afectados por Cáncer de Pulmón (AEACaP) se ha reunido con la Mesa y los Portavoces de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, donde ha puesto de relieve la importancia de la prevención, el diagnóstico precoz y el acceso a la innovación en esta patología. “Es necesario trabajar de manera conjunta con la Administración para convertir el cáncer de pulmón en una prioridad política, son necesarios mayores esfuerzos en prevención, investigación y presupuesto, además de garantizar el acceso a los avances terapéuticos por parte de todos los pacientes, independientemente del lugar de España en que residan”, asegura Mónica Martín, presidenta de AEACaP.
A la reunión asistieron el presidente de la Comisión de Sanidad, Mario Mingo, la vicepresidenta segunda, María Soledad Pérez Domínguez; el secretario primero, José María Alonso; el secretario segundo, Guillem García Gasulla; el portavoz del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Martínez Olmos; la portavoz de Convergència i Unió (CIU), Concepció Tarruella; la portavoz adjunta del Partido Popular (PP), María Felicidad Rodríguez; el letrado José Luis de la Peña, entre otros destacados parlamentarios. Todos los grupos parlamentarios representados mostraron su apoyo a la situación que viven los pacientes con cáncer de pulmón.
Este encuentro se enmarca dentro de la actividad de la asociación y se alinea con sus objetivos. Y es que, la actividad de AEACaP, asociación de alcance nacional, se centra en prestar apoyo psicológico y humano; luchar por ampliar los derechos de los pacientes con cáncer de pulmón; contribuir a la prevención de la enfermedad, concienciando a los grupos de riesgo e impulsar la investigación universitaria, científica y médica. “A lo largo del año realizamos asistencia psicológica gratuita y apoyo emocional tanto para enfermos como para familiares. Además, creemos fundamental promover jornadas de prevención, cursos formativos y campañas de sensibilización y concienciación sobre el cáncer de pulmón. Y todo encaminado lograr la excelencia en la asistencia”, destaca Martín.
Es importante destacar que el consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante del cáncer de pulmón, de forma que el 15% de los fumadores habituales desarrolla la enfermedad. Los fumadores tienen 20 veces más probabilidades de sufrir este tumor y el 85% de las muertes por esta enfermedad está relacionado con el consumo de cigarrillos.
Por otra parte, el cáncer de pulmón se diagnostica tarde, pues tardan en aparecer los síntomas pero también existen demoras desde que se detecta hasta que se trata. Pese a todos estos datos, la inversión en tratamientos para cáncer de pulmón es de unos 220 millones de euros al año, mientras que para cáncer colorrectal y cáncer de mama es entre un 50% y un 60% más respectivamente.
Pero la situación de estos pacientes va más allá, “cuando llegan a nosotros, los pacientes no saben prácticamente nada acerca de su enfermedad y sus derechos. La información que reciben en este sentido debe mejorar mucho. Es esencial que reciban toda la información en torno a su enfermedad, para que puedan participar de las decisiones que van a afectar a su salud”, explica Mónica Martín. Y añade, “de hecho, cuando te informan que padeces un cáncer de pulmón, la primera reacción es ‘venirse abajo’ o ‘desesperanzarse’. Por eso, en AEACaP creamos el lema que nos acompaña Apoyo y Confianza, a través del cual queremos lanzar un mensaje de esperanza, comprensión, apoyo y refugio”.
En resumen, AEACaP considera que se debe trabajar en muchas líneas. En prevención, para que la población no llegue a ser ‘paciente’ y, si lo son, que sea lo más tarde posible; que cuando lo sean tengan acceso a la mejor información, los mejores servicios, y los mejores tratamientos; y por último, es necesario un respaldo institucional para que se lleve a cabo todo este trabajo. Un problema de primera magnitud al que hay que prestar especial atención.