La desnutrición es un problema frecuente en los pacientes con cáncer. La falta de apetito, las náuseas y los vómitos pueden hacer que con el tiempo rechaces ciertos alimentos. Por eso ahora, más que nunca, es fundamental que vigiles lo que comes:
- Frutas y verduras. Aportan vitaminas, minerales y fibra. Mejor si las consumes crudas, poco cocinadas o en zumos.
- Proteínas. Tanto animales (carne, pescado, huevos…) como vegetales (lentejas, judías…). Son fundamentales durante el tratamiento oncológico ya que ayudan al organismo a recuperarse más rápidamente y hacer frente a las infecciones.
- Hidratos de carbono. Pan, pasta, arroz, sémola… Son una magnífica fuente de energía.
- Aceite, mantequilla, frutos secos… Aunque debes llevar cuidado de que nunca superen el 20-30% de las calorías diarias.
- Evita los alimentos fritos o con olores fuertes, reducirás las náuseas.
- Come y bebe despacio.
- Come al menos 5 veces al día. Si tienes problemas debido a la falta de apetito, divide las comidas en 6 u 8 pequeñas tomas.
- Trata de añadir energía extra a tus comidas. Lo más seguro es que comas menos, por eso las comidas deben ser más energéticas. Una buena solución es añadir lentejas y judías a tus guisos o poner queso fundido en las verduras.
Un ejercicio que recomiendan la mayoría de los nutricionistas es llevar un diario de comidas. De este modo podrás saber qué, cuándo y cuánto comes. Recuerda que una dieta equilibrada debe contener todo tipo de alimentos: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibras. La variedad y el equilibrio son la clave.
Por eso, desde la AECC, han elaborado un recetario pensado expresamente para pacientes con cáncer. El proyecto, de la Fundación Alicia, cuenta con más de 100 recetas y la colaboración del prestigioso chef Ferran Adrià.
Puedes consultar todas las recetas aquí.