La desnutrición es un problema frecuente en los pacientes oncológicos, con una prevalencia del 15-20% en el momento del diagnóstico del tumor y hasta del 80-90% en los casos de enfermedad avanzada. Su expresión máxima es la caquexia tumoral, que afecta al 15-40% de los pacientes oncológicos, la cual asciende al 60-80% si nos referimos exclusivamente a los pacientes con enfermedad avanzada.
Las causas de desnutrición en los pacientes oncológicos son múltiples:
- Relacionadas con el propio tumor, su localización y extensión. Aquellos tumores localizados en el aparato digestivo o que altere la función del mismo provocarán con mayor frecuencia desnutrición.
- Síndrome de caquexia cancerosa. El tumor induce anorexia mediante la producción de sustancias con efecto anorexígeno y caquectizante.
- Relacionadas con el paciente. Síntomas digestivos y depresivos que conllevan modificaciones en los hábitos dietéticos con disminución del aporte de nutrientes.
- Relacionadas con el tratamiento oncológico: cirugía, quimioterapia, radioterapia y otros tratamientos. La cirugía de cualquier tramo del tubo digestivo conlleva un mayor riesgo de desnutrición que otro tipo de cirugías. Los efectos adversos de la quimioterapia y radioterapia como mucositis, esofagitis, náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, favorece la desnutrición debido a imposibilidad de ingesta o aprovechamiento de los nutrientes. La radioterapia de los tumores de cabeza y cuello provoca mucositis, gingivitis, trismus, alteraciones del gusto, xerostomía; sobre el área torácica esofagitis, disfagia, reflujo gastro-esofágico; sobre el área abdominal y pélvica, enteritis.
Los mecanismos por los que puede aparecer desnutrición son:
- Escaso aporte de energía y nutrientes.
- Alteraciones de la digestión y/o absorción de los nutrientes.
- Aumento de las necesidades nutricionales.
- Alteraciones en el metabolismo de los nutrientes.
Las consecuencias de la desnutrición en el pronóstico del paciente oncológico son múltiples:
- Disminución de la capacidad funcional.
- Reducción de la efectividad de la quimioterapia y radioterapia.
- Aumento del riesgo de toxicidad de la quimioterapia y radioterapia.
- Incremento del riesgo de complicaciones post-operatorias.
- Prolongación de las estancias hospitalarias.
- Trastornos en la esfera psico-social.
- Empeoramiento de la calidad de vida.
Por estos motivos, la valoración nutricional y la intervención nutricional son importantes en el paciente oncológico. Se recomienda una valoración precoz, antes de que el estado general esté gravemente comprometido y sea más difícil recuperar la situación previa de normalidad.
La aplicación de los siguientes consejos nutricionales para pacientes oncológicos, según los síntomas existentes, puede evitar estados de desnutrición que empeoren el pronóstico
- Pérdida de apetito: conseguir un entorno tranquilo, realizar comidas frecuentes, de fácil elaboración, con alto contenido calórico, planificar el menú diario, aprovechar los momentos del día con más apetito para realizar una mayor ingesta, buscar alimentos que sean atractivos al sentido del olfato, adecuada higiene bucal.
- Alteración del gusto y del olfato: adecuada higiene bucal, condimentar los alimentos según preferencias, si los cubiertos tienen sabor metálico usar utensilios de plástico, pedir a otras personas que preparen la comida, comer caramelos entre horas, etc.
- Xerostomía (sequedad bucal): aumentar el consumo de líquidos, tomar alimentos con salsas (evitar alimentos secos), usar goma de mascar, alimentos fríos (helados, hielo), adecuada higiene bucal, evitar enjuagues que contienen alcohol, el uso de alimentos muy dulces o ácidos pueden estimular la salivación.
- Mucositis bucal: consumir alimentos blandos que se mastican y tragan fácilmente, evitar alimentos que irriten la boca (como cítricos, picantes, salados, ásperos, secos), tomar los alimentos fríos o a temperatura ambiente, aumentar el consumo de líquidos, tomar con preferencia alimentos con salsas, adecuada higiene bucal.
- Náuseas: evitar acostarse tras la ingesta, tomar alimentos de fácil digestión, entre comidas tomar alimentos duros (pan tostado) o dulces (caramelos), adecuada higiene bucal.
- Diarrea: beber gran cantidad de líquidos, eliminar la leche (con lactosa), evitar bebidas gaseosas y alimentos con fibra.
Cuando a pesar de seguir estos consejos, los síntomas no mejoran y no es posible cubrir nuestras necesidades nutricionales con dieta exclusivamente, se puede recurrir al uso de nutrición artificial. Si la capacidad de ingesta supera el 50% de las necesidades calórico-proteicas, se puede intentar alcanzar el 100% de las mismas con la ayuda de suplementos nutricionales vía oral. Cuando la capacidad de ingesta es menor del 50% de las necesidades nutricionales calculadas, probablemente se requiera una valoración nutricional específica para conseguir un adecuado aporte nutricional con medidas más específicas (nutrición enteral en la mayoría de las ocasiones o parenteral, en los casos de contraindicación de nutricón enteral).
En conclusión, los trastornos nutricionales en los pacientes oncológicos son muy frecuentes y requieren una valoración especializada, así como una estrategia nutricional individualizada según el tipo de tumor, situación del paciente y síntomas asociados.
Dra. Katherine García, Unidad de Nutrición del Hospital La Fe.
Imagen: Luca Moglia (Flickr – CC)