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Decálogo sobre el Cáncer de Pulmón

1- ¿Qué es el cáncer de pulmón?

En condiciones normales, las células del pulmón presentan un crecimiento controlado. Sin embargo, el cáncer se caracteriza por la transformación de las células, que experimentan una reproducción anormal e incontrolada y afectan a las unidades básicas del cuerpo para vivir.

Así, en determinadas circunstancias, ciertos agentes actúan sobre el organismo provocando daños en los genes de las células sanas y pueden modificar el crecimiento y el funcionamiento celular, lo que da lugar a las células cancerosas, que aumentan de forma desordenada. Cuando estas unidades se acumulan, dan lugar al tumor. Las células cancerosas pueden separarse del tumor maligno y entrar al torrente sanguíneo o alcanzar el sistema linfático y extenderse a otras partes del cuerpo para formar nuevos tumores. Este proceso recibe el nombre de metástasis.

En los pulmones se localizan diferentes tejidos y distintos tipos de células. Cualquiera de ellas puede comenzar el proceso de malignización y dar lugar a una neoplasia. El cáncer de pulmón se origina en las estructuras del árbol respiratorio como, por ejemplo, la tráquea, los bronquios, los bronquiolos o los alvéolos.

El cáncer de pulmón es uno de los cánceres más comunes en el mundo tanto en hombres como en mujeres. Además, es considerado el tumor más mortal, pues representa el 20,55% del total de las defunciones en el territorio nacional. Cada año, se diagnostican en España alrededor de 27.000 nuevos casos de cáncer de pulmón y más de 22.000 personas mueren por este tipo de cáncer, de los que el 79% son hombres y el 21% mujeres.

2- ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

El cáncer de pulmón puede manifestarse de diversas maneras. En etapas tempranas, este tipo de tumor puede causar poca sintomatología y diagnosticarse por un hallazgo casual y además sus síntomas pueden confundirse con los síntomas respiratorios causados por el tabaquismo. Sin embargo, cuando la enfermedad avanza, puede dar lugar a múltiples señales y, en este sentido, los signos más característicos son los locorregionales, los paraneoplásicos o los debidos a la metástasis.

Los síntomas denominados locorregionales son aquellos derivados del crecimiento del tumor dentro del pulmón, así como de la invasión de sus tejidos adyacentes. La tos, que es el signo más frecuente del cáncer de pulmón, puede ser seca o productiva, y con ella se produce la expulsión de la secreción mucosa, la mucosidad infectada o, incluso, sangre. La disnea es otro de los problemas que suele aparecer; se trata de la sensación de falta de aire o la dificultad para respirar y se debe a la menor cantidad de pulmón funcionante. Este síntoma suele aparecer tras realizar un esfuerzo importante o pequeñas actividades físicas. Por otra parte, la disfonía (cambio de tonalidad de la voz) se produce de forma continuada o intermitente debido a una alteración en la movilidad de las cuerdas vocales o a una parálisis y afecta al nervio recurrente responsable de su movimiento.

Además, la disfagia o la dificultad para tragar, puede darse tanto con los alimentos sólidos como con los líquidos. Esto se debe a una compresión del esófago por la existencia de ganglios o por el propio tumor. Otro de los síntomas es el dolor constante en el pecho, que se incrementa con la respiración profunda o la tos. El llamado síndrome de vena cava o las infecciones respiratorias repetidas son otras de las señales que se engloban dentro del ámbito de los síndromes denominados locorregionales.

Por lo que respecta a los síntomas paraneoplásicos, hacen referencia a las manifestaciones que no están producidas directamente ni por el tumor ni por la metástasis, sino que están vinculados con la liberación de alguna sustancia o a la activación del sistema inmune. Los más comunes son el síndrome constitucional, que engloba el cansancio, la pérdida de apetito o de peso y la hipercalcemia tumoral, debida al incremento de las cifras de calcio en sangre, lo que da lugar a náuseas, vómitos, estreñimiento o deshidratación, entre otros factores.

Respecto a los síntomas debidos a la metástasis, el cáncer de pulmón puede extenderse por proximidad, por vía sanguínea o por vía linfática. Las células tumorales, por su capacidad de migración e invasión de tejidos a distancia, crecen y producen metástasis. La afección ósea suele provocar dolor sordo y continuo, que suele ser más frecuente en la columna vertebral. Cuando este malestar recorre el brazo o la pierna puede significar que hay una afectación de algún nervio que tenga su origen en la médula espinal.

En algunos casos, la sintomatología de un cáncer de pulmón es generalizada y puede producirse fatiga, fiebre sin causa conocida o dolor de cabeza. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguno de estos síntomas es signo definitivo de un cáncer de pulmón puesto que pueden presentarse en procesos benignos como un cuadro gripal o una neumonía, por ejemplo.

3- ¿Qué puede causar el cáncer de pulmón?

A lo largo del siglo XX, la incidencia del cáncer de pulmón se ha incrementado notablemente y su aumento es paralelo al aumento previo del tabaquismo con un intervalo de entre 20 y 30 años .El consumo de tabaco previo está presente en el 80% de los casos en hombres y en el 50% en mujeres. En las personas fumadoras, el riesgo de contraer esta enfermedad es veintidós veces mayor que en los no fumadores, una cifra que va en aumento según el número de cigarrillos consumidos o el tiempo de exposición. Sin embargo, cada vez con mayor asiduidad, se han diagnosticado casos en los denominados “fumadores pasivos”, es decir, en aquellas personas que no fuman, pero que están expuestas al humo de los fumadores tanto en el hogar como en el ámbito laboral y esta exposición indirecta al humo del tabaco incrementa el riesgo del cáncer de pulmón en aproximadamente un 25%.

Un segundo grupo de elementos que puede causar cáncer de pulmón está relacionado con las sustancias carcinógenas ambientales como el asbesto, material que se utiliza en aislamientos, reparaciones de frenos o en la industria textil, el arsénico, el níquel o las radiaciones ionizantes como el radón ambiental, una serie de sustancias que pueden actuar sinérgicamente con el tabaco.

4- ¿Cómo podemos prevenirlo?

La mayoría de los cánceres de pulmón podrían prevenirse puesto que están relacionados con el tabaquismo tanto activo como pasivo, con la exposición al radón o a otros componentes ambientales. Sin embargo, en algunos pacientes, el cáncer de pulmón no es consecuencia de ningún factor conocido. En ocasiones, al detectarse por primera vez, la gran parte de los cánceres de pulmón se han propagado ampliamente, por lo que es difícil atajarlos.

Para prevenir la enfermedad, se pueden seguir una serie de medidas siendo fundamental mantenerse alejado del tabaco, y también en la medida de lo posible evitar el radón, eludir o limitar la exposición a ciertos químicos que puedan estar relacionados con la aparición del cáncer o comer alimentos saludables. Estas son solo algunas pautas que pueden ayudar a reducir las probabilidades de sufrir cáncer de pulmón.

5- ¿Qué tipos de cáncer de pulmón existen?

Según las células que lo forman, el cáncer de pulmón se clasifica en dos tipos principales: cáncer de pulmón de células no pequeñas y cáncer de pulmón de células pequeñas, según el origen de la unidad que ha malignizado. El primer grupo abarca la mayoría de los tumores malignos pulmonares, lo que representa el 80% del total mientras que, el segundo grupo, cuenta con una incidencia de menos de la quinta parte del total.

El cáncer de pulmón de células no pequeñas se subdivide en tres tipos: el carcinoma epidermoide, el adenocarcinoma y el carcinoma de células grandes. El primero de ellos tiende a crecer lentamente, es de localización central y, por lo general, cavitado. El segundo tipo ha ido en aumento en los últimos años y se ha convertido en el más frecuente, sobre todo en mujeres y en personas no fumadoras. Por lo que respecta a su localización, es periférica y cuenta con mayor probabilidad de diseminación a distancia. En relación con el último grupo, el carcinoma de células grandes, suele ser de crecimiento más rápido.

El cáncer de pulmón de células pequeñas, o también denominado cáncer microcítico, se caracteriza por el hecho de crecer con rapidez y se puede extender a otros órganos.

6- ¿Qué tratamientos existen en la actualidad?

El tratamiento del cáncer de pulmón depende de distintos aspectos, entre los que se incluye la extensión de la enfermedad o las características del paciente. Cada caso se evalúa de manera individual en un comité compuesto por un equipo multidisciplinar, en el que se encuentra un oncólogo médico, un oncólogo radioterapeuta, el neumólogo, el radiólogo, el patólogo y el cirujano. Después de estudiar todas las vertientes, se acuerda el mejor tratamiento para el paciente.

Para tratar esta enfermedad se pueden requerir diferentes técnicas terapéuticas como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. La primera de ellas, la cirugía, se lleva a cabo para extirpar el tumor y constituye la principal opción potencialmente curativa. Tras la operación, los pacientes necesitan varias semanas para recuperar fuerzas y energía puesto que, en los primeros días del postoperatorio, tienen dificultad para moverse, toser o respirar profundamente. Sin embargo, en determinados casos, la extensión del tumor o su localización lo hacen inoperable, lo que lleva a los médicos a descartar esta opción.

En la radioterapia, el enfermo de cáncer de pulmón recibe radiaciones ionizantes de alta densidad capaces de destruir las células cancerosas y frenar su crecimiento. Esta se puede administrar como tratamiento complementario a la cirugía o como alternativa, cuando la operación no es la opción más indicada. Los efectos secundarios que pueden aparecer tras las sesiones de radioterapia están relacionados con una sensación de cansancio mayor de la habitual, reacciones en la piel, problemas para tragar o dificultades respiratorias, siendo generalmente transitorias

Por último, la quimioterapia hace referencia al uso de fármacos por vía intravenosa u oral con el objetivo de destruir las células tumorales presentes en el organismo. La finalidad de este método puede ser curativa o paliativa.

Con frecuencia es necesario asociar los diferentes tipos de tratamiento para controlar la enfermedad.

7- ¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico precoz de este tumor es complicado, razón por la que la mayoría de los cánceres de pulmón se detectan en fases sintomáticas, es decir, cuando ya se han manifestado señales, o bien, cuando la enfermedad ya se encuentra en avanzado estado. Desde que el paciente acude a su médico con algún síntoma de sospecha hasta que llega el diagnóstico final con su posterior tratamiento, el paciente pasa por una serie de etapas.

La primera de ellas consiste en confirmar el diagnóstico. De esta manera, el médico recogerá los antecedentes de la enfermedad, los hábitos de consumo como el tabaco o el alcohol, así como los indicios que presenta el paciente para llevar una exploración completa y evaluar la situación. En este momento, prestará especial atención a los signos que puedan manifestar una prolongación al resto del tórax o a otros órganos del cuerpo.

El segundo paso consiste en analizar la muestra del tumor mediante una biopsia para su estudio microscópico y biomolecular, las biopsias se pueden llevar a cabo mediante broncoscopia (visualización de los bronquios mediante un sistema óptico introducido por la boca o nariz) o mediante punción con aguja guiada por técnicas radiológicas. Finalmente, para conocer su extensión y poder decidir y planificar el mejor tratamiento, se realizarán diferentes exploraciones, fundamentalmente mediante técnicas radiológicas.

8- ¿Es posible la detección precoz del cáncer de pulmón?

A pesar de lo que sucede con otros tumores como, por ejemplo, el cáncer de mamá o de cuello uterino, o el cáncer de colon para el de pulmón no existe un programa para detectar la enfermedad de manera precoz.

9- ¿Cuál es la causa más común del cáncer de pulmón?

El hábito tabáquico es una de las causas principales del cáncer de pulmón. Sin embargo, no todas las personas que fuman llegan a desarrollar la enfermedad. De esta manera, se puede determinar que también existen otros factores, como los genéticos, que desempeñan un rol importante para determinar si el paciente puede presentar cierta predisposición o desarrollar la enfermedad.

10. ¿El cáncer de pulmón puede ser hereditario?

Aunque algunos tumores presentan un patrón hereditario, los estudios que se conocen hasta el momento no aseguran que el cáncer de pulmón sea genético. Sin embargo, a lo largo de los años, determinadas investigaciones han constatado que los familiares de primer grado de los pacientes con cáncer de pulmón tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Por este motivo, se están elaborando estudios que conectan la alteración de los genes implicados en la adicción de la nicotina o en la activación de las enzimas encargadas de acelerar los carcinógenos del humo del tabaco, con la predisposición al desarrollo de esta neoplasia.

11. ¿Qué investigaciones y adelantos recientes podrían destacarse en la lucha contra el cáncer de pulmón?

Los diferentes especialistas del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) han desarrollado durante más de 25 años diferentes estudios y ensayos clínicos que han permitido ofrecer mejores tratamientos a los pacientes con esta enfermedad con la introducción de tratamientos dirigidos a dianas genómicas, la implementación de la inmunoterapia y últimamente han allanado un camino ilusionante y pionero para los pacientes de cáncer de pulmón localmente avanzado gracias a la combinación de quimioterapia e inmunoterapia antes de la cirugía, lo que ha permitido reducir este tipo de tumores en un 80% de los casos. El estudio, llamado Nadim, ha contado con la participación de 46 pacientes y 25 centros hospitalarios públicos de toda España.