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La inmunoterapia, nuevo aliado contra el cáncer de pulmón

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Nuevos avances en inmunoterapia

 

La inmunoterapia se ha convertido en poco tiempo en la gran esperanza en la lucha contra el cáncer. Por primera vez en la historia, es posible combatir la enfermedad de forma específica y personalizada, reduciendo los efectos secundarios. De acuerdo con Alfonso Berrocal, jefe de sección del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario de Valencia, se trata de un cambio de paradigma que marcará la investigación oncológica de la próxima década.

La principal diferencia entre los llamados “tratamientos tradicionales” y la inmunoterapia, es el objeto sobre el que recae el tratamiento. En lugar de actuar sobre las células tumorales, potencia los recursos inmunológicos del paciente para que sea el propio organismo quien destruya al tumor. De este modo, se reducen notablemente las toxicidades y se prolonga su eficacia en el tiempo, ya que la respuesta inmunológica tiene cierta “memoria”.

El principal reto, apuntan los expertos, es encontrar los biomarcadores que permitan determinar qué pacientes pueden beneficiarse en mayor medida. Para ello, se tienen en cuenta varios factores:

  • El paciente: el mecanismo de acción del tratamiento tiene un periodo de latencia, por lo que debe ser estable.
  • El tumor: cuanto mayor diferencia existe entre las células tumorales del organismo y las células cancerosas, mejor es la respuesta inmunitaria.
  • La reacción del organismo frente al tumor: cuando la respuesta inflamatoria al tumor inicial es significativa, las posibilidades de responder bien al tratamiento son mayores.

De acuerdo con el doctor Javier de Castro, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz, una de las grandes sorpresas ha sido la respuesta inmunológica en las personas fumadoras: “Los fumadores responden mejor al tratamiento inmunológico, ya que las células tumorales están más preparadas para que esta terapia pueda ser útil”. No obstante, aunque supone “un gran avance en una enfermedad muy relacionada con el tabaco”, recomienda tomar esta información con “cautela”.

El principal problema de este tipo de tratamientos es su precio, que oscila entre los 90.000 y 150.000 dólares anuales en Estados Unidos y los 40.000 euros anuales en España.

 

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